Con una población de sólo alrededor de 100.000 personas, no es un lugar muy populoso, pero más de 6 millones de personas visitan cada año, convirtiéndose en un lugar sumamente concurrido, especialmente alrededor de las temporadas de vacaciones. Definitivamente la mejor época del año para visitarlo es en Año Nuevo(お正月, oshougatsu), cuando se reúne la gente de todo el país para hacer oraciones en los santuarios shintoistas.

Ise Jingu consiste en dos grandes partes: Naiku (Santuario Interno) y Geku (Santuario Externo). Además, contiene más de ciento veinte pequeños santuarios subordinados, brindándole al lugar una intensa espiritualidad. El Santuario Interno está consagrado a la diosa del sol Amaterasu Omikami, que se cree es el ancestro de la familia imperial japonesa. Por esta razón, el Emperador visita este santuario cuando asume el cargo y en otra ocasiones importantes. Se dice que fue construido aproximadamente hace 2000 años durante el reinado de Suinin, el 11vo. emperador de Japón. El Santuario Externo consagra a Toyouke no Omikami, la diosa de la cosecha, y fue erigido en 478 DC. Es costumbre visitar el Santuario Externo primero, pero si no hay mucho tiempo para eso, la visita al Santuario Interno, es imprescindible.
Ise Jingu es el centro espiritual de la religión autóctona japonesa, el shintoismo. Se conducen más de 1.700 ceremonias cada año, incluyendo rituales mensuales, las ofrendas del rezo para la paz de la nación y prosperidad, súplicas para la buena cosecha, entre otras.
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Los edificios de Ise Jingu se construyen en un estilo llamado “Yui-itsu Shinmei Zukuri” con un pilar central, una azotea cubierta con paja, y paredes llenas de cedro. El santuario se construye exactamente con el mismo diseño y proporciones en un diagrama que está tallado al lado del Yata No Kagami o espejo sagrado de Amaterasu Omikami. Este espejo sagrado es parte de los Tesoros Imperiales de Japón. Su prohibición al acceso del mismo dificulta la veracidad del hecho. El espejo representa la "sabiduría" y "honestidad".
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Un ciclo del sengu requiere una cantidad masiva de cedro, a partir 8.500 a 10.000 metros cúbicos—cerca de 1.000 árboles. Por otra parte, el 90% de éstos necesitan tener más de 200 años de edad y por lo menos 60 centímetros de diámetro. Las columnas de cualquier lado del templo, conocido como “Munemochi-bashira”, se cortan de árboles de 400 años de edad. La madera de construcción para las puertas debe tener 1.2 metros de ancho—sin empalmes. Los constructores no pueden reutilizar la vieja madera; deben cortar toda la madera nueva y prepararla dentro de los recintos del santuario.
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La última vez que cualquier madera de construcción fue tomada de los recintos del santuario fue en 1391. Es el sueño de los que se ocupan del bosque que este mismo sea de nuevo la fuente de madera para reconstruir el santuario. Los agricultores han puesto la base para crear un buen ambiente para el cedro, que es una especie muy sensible. Sus esfuerzos están planificados para que en el año 2014 cerca del 20 por ciento de la madera de construcción para el sengu número 62 venga de estas maderas. Esto será la primera vez en 700 años.
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En una sesión de práctica, quitándose los cascos, los hombres se inclinan cortésmente hacia los árboles, deliberadamente levantan sus hachas al mismo tiempo, y comienzan a cortar, finalmente después de una hora colocan la copa del árbol en el centro del lugar y realizan el “kabu-matsuri” (ceremonia de liberación del árbol).
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Reconstruyendo una vez cada 20 años el Santuario y transfiriendo la deidad a una vivienda nueva, la deidad nueva renueva su espíritu y revitaliza la espiritualidad de la nación. La magnifica ceremonia, sin par en ninguna parte del mundo, ha renovado por generaciones el respeto a lo sagrado, preservando el ciclo de la naturaleza y consolidando el bosque en los corazones de la gente japonesa.
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1 comentarios:
Hola! qué interesante, de echo me has ayudado en un comentario que tenia que presentar en un trabajo de la Uni.
Muchas gracias
M.
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