31 julio, 2009

Las Cuatro Estaciones (わたしの国の一年)




日本には春と夏と秋と冬の四つの季節があります。

春は、3月から5月ごろまでです。あたたかくなって、いろいろな花が咲きます。桜の花はとくにきれいで、有名です。
 
夏は、6月から8月ごろまでです。6月に雨がたくさん降った後で、7月と8月にはとても暑くなります。夏休みにはみんな海で泳いだり高い山に登ったりします。
 
秋は、9月から11月ごろまでです。この葉が赤やきいろになって、公園や山はとてもきれいになります。涼しくて果物がおいしい季節です。
 
冬は、12月から2月ごろまでです。寒くなって、雪が降る所もあります。北のちほうや山の近くではスキーやスケートができます。

水えいやキャンプができますから、私は夏が一番好きです。

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Ramen: Fideos chinos (ラーメン)


Los japoneses adoran los fideos, especialmente el udon (de trigo) y soba (de alforfón). También es muy popular el ramen (fideos chinos de trigo), especialmente entre jóvenes. Se han convertido en casi un plato nacional.

El ramen es originario de China y en Japón se le solía llamar chuka-soba (fideos chinos). Los japoneses comenzaron a comerlos en 1910, momento en que la cocina china comenzó a ser apreciada. El ramen, simplemente es un plato que consiste en una sopa de fideos de trigo al estilo chino, sozonada con salsa de soja, y finalmente cubiertos con cerdo hervido, pasta de pescado naruto, brotes de bambú y vegetales como la espinaca o el komatsuna (una especie de repollo chino). Al principio, cuando llego a Japón, se servía fundamentalmente como guarnición.

Los fideos al estilo chino están elaborados con una mezcla de agua alcalina (conteniendo carbonato sódico y carbonato potásico) con harina de trigo para hacer la masa. Una vez amasados se le da forma de largas tiras cilíndricas. Esas tiras después serán divididas en otras finísimas y dobladas por la mitad para volver a estirarlas. Este doblado y estirado se repite una y otra vez, hasta conseguir un gran número de finísimas tiras.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál es el origen de la palabra “ramen” aunque existen varias leyendas. La explicación más probable está basada en la propia forma en que se elaboran los fideos, por ello la palabra provendría de la unión de dos caracteres chinos que se leen “ra” y “men” que significan respectivamente “extirar” y “fideo”.

En los años 50, alguien que había retornado de China algunos años después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a hacer “Sapporo ramen” en Hokkaido. Los fideos se hicieron muy populares y rápidamente la palabra ramen era conocida por todos. Pero en los 80 los fideos ramen se convirtieron en una comida normal tanto para los jóvenes como los mayores. Sería en la primera parte de los 90 cuando el ramen gozaría de un bum espectacular en todo el país, especialmente en las grandes ciudades y todos los medio de comunicación se hicieron eco de este suceso, formando parte de programas dedicados exclusivamente a los fideos.

Gato de la Suerte (招き猫, Maneki Neko)

El gato de la suerte (招き猫, Maneki Neko), según la tradición japonesa, ayudará a pasar la cuesta de enero o a encontrar el amor de nuestra vida.

Maneki Neko significa en japonés el que invita a pasar o que saluda. Si tiene la pata derecha alzada atrae la prosperidad y el dinero. Con la izquierda, invita a pasar a la gente, por lo que también se utiliza en las tiendas para dar la bienvenida a los clientes.

Según cuenta la leyenda, en el siglo XVII, en un templo muy pobre de Tokyo, vivía un sacerdote. Era pobre pero compartía sus escasos bienes y alimentos con su gato Tama. Un día, que se desató una terrible tormenta, pasó por allí un comerciante muy rico. Éste se guareció bajo un árbol que había cerca del templo mientras llovía. El comerciante se percató de que el gato le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. En el momento de acercarse al templo, cayó un rayo sobre el árbol. Muy agradecido, el comerciante rico se hizo amigo del sacerdote. A partir de ese momento, el sacerdote y el gato nunca volvieron a pasar hambre.

Significado de la palabra BANZAI.

Banzai (万歳) significa literalmente diez mil años (de vida). Está escrito con la combinación de los caracteres chinos de "diez mil" (万, ban) y "edad" (歳, sai).

"Banzai" es una palabra japonesa que expresa alegría y puede ser traducida algo así como "Hurra" o "Larga vida". En eventos especiales, celebración de una victoria, etc., se repite esta palabra varias veces con mucho entusiasmo por parte de los presentes.

Es posible, que mucha gente entienda la palabra "Banzai" como un grito de guerra. Eso se debe a que durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados japoneses lanzaban el grito "Larga vida al Emperador" (天皇陛 万歳, Tennouheika Banzai!).

30 julio, 2009

Moda y Estilos de Vida (Revistas)

Para descargar: Nylon Marzo-2009

Para descargar: Glomorous Mayo-2009

Para descargar: Jelly Mayo-2009

Para descargar: Glitter Mayo-2009

Para descargar: Cutie Junio-2009

Para descargar: Potato Abril-2009

Bonsai - La belleza de la naturaleza en miniatura


Versión en español.



Versión en japonés.

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29 julio, 2009

URASHIMA TAROU (浦島太郎)

Urashima Tarou es una leyenda japonesa, de las más conocidas y populares. Trata de la historia de un joven pescador que salva a una tortuga de los maltratos de uno niños. Como recompensa, la tortuga le lleva a un castillo bajo el mar donde habita el dios del mar y se casa con la princesa. El final es una extraordinaria sorpresa y un gran mensaje.


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Para descargar la historia en español: AQUÍ.


URASHIMA TAROU (Historia Completa)


Urashima vivió, hace cientos y cientos de años, en una de las islas situadas al oeste del archipiélago japonés. Era el único hijo de un matrimonio de pescadores. Una red y una barquichuela constituían toda su fortuna. Sin embargo, el matrimonio veía compensada su pobreza con la bondad de su hijo Urashima.


Y sucedió que cierto día el muchacho caminaba por una de las calles de la aldea, cuando de pronto vio a unos cuantos chiquillos que maltrataban a una enorme tortuga. De seguir de aquel modo, hubieran acabado por matarla y Urashima decidió impedirlo. Se dirigió a los chicos y reprendiéndoles por su mala acción, les quitó la tortuga. Cuando la tuvo en sus manos, pensó dejarla en libertad y para ello fue hacia la playa. Una vez allí, la llevó a la orilla y la dejó en el mar. Vio cómo la tortuga se alejaba poco a poco y cuando la perdió de vista, Urashima regresó a su casa. Sentía una gran satisfacción por haber librado al animal de sus pequeños verdugos.

Transcurrió algún tiempo desde aquel día. Una mañana, el muchacho se fue a pescar. Tomó el camino que conducía a la playa y cuando llegó puso la barca en el agua, montó en ella y remó mar adentro. Llevaba largo rato remando y perdió de vista la orilla; decidió echar al agua su red y cuando tiró para sacarla, notó que le pesaba más que de costumbre. Logró subirla y con gran sorpresa vio que dentro de la red estaba la tortuga que él mismo echó en el mar, la cual, dirigiéndose a él, le dijo que el rey de los mares que había visto su buen corazón, la enviaba para conducirle a su palacio y casarle con su hija, la princesa Otohime. A Urashima le entusiasmaban las aventuras y accedió muy gustoso. Juntos se fueron mar adentro, hasta que llegaron a Riugú, la ciudad del reino del mar. Era maravillosa. Sus casas eran de esmeralda y los tejidos de oro; el suelo estaba cubierto de perlas y grandes árboles de coral daban sombra en los jardines; sus hojas eran de nácar y sus frutos de las más bellas pedrerías. Hacia los asombrados ojos de Urashima avanzaba una hermosísima doncella: era Otohime, la hija del rey del mar. Le recibió como a un esposo y juntos vivieron varios días en una completa felicidad. Todos colmaban al pescador de todo género de atenciones, y entre tanta delicia, Urashima no sintió que el tiempo pasaba. No podía precisar desde cuándo estaba allí. ¿Para qué había de saberlo? No debía importarle. La vida en aquel lugar maravilloso le parecía inmejorable; nunca pudo soñar nada semejante.


Pero sucedió que un día se acordó de sus padres. ¿Qué sería de ellos? Sin duda sufrirían mucho sin saber lo que había sido de él. Y desde aquel momento la tristeza se apoderó de todo su ser. Nada lograba distraerle; ya no encontraba aquel lugar tan encantador y hasta le pareció menos bello. Sólo deseaba una cosa: volver junto a sus queridos padres. Y así se lo comunicó una mañana a su esposa, cuando ésta procuraba por todos los medios averiguar la causa de su pena. Al decirle Urashima lo que quería, Otohime se entristeció; procuró convencerle de que se quedara junto a ella, pero nada logró. El pescador estaba firme en su propósito. Así, pues, prometió volverle a la aldea y con un lúcido cortejo le acompañó hasta la playa. Cuando al fin llegaron, la princesa entregó a Urashima una pequeña caja de laca, atada con un cordón de seda. Le recomendó que, si quería volver a verla, nunca la abriese. Después se despidió de él y con su acompañamiento se internó en el mar.


Pronto Urashima la perdió de vista. Con la cajita en sus manos, miraba fijamente a las aguas. Así estuvo algún tiempo; después recorrió la playa. De nuevo estaba en su pueblecito. Las mismas arenas, las rocas de siempre, el mismo sitio donde de pequeño tantas veces había ido a jugar; le parecía que su vida en la cuidad del mar había sido un sueño. Qué lejos todo aquello! Entonces encaminó sus pasos hacia su casa; pero cuando entró en la aldea no supo hacia dónde dirigirse. La encontraba completamente cambiada: no la reconocía. Las casas eran más grandes; tejados de pizarra habían sustituido a los que él vio de paja. La gente se vestía con vistosos quimonos bordados. Parecía otro lugar. Sin embargo, era su pueblo; estaba seguro. La misma playa, las mismas montañas. Sólo las casas y la gente habían cambiado.


Entonces decidió preguntar a unos muchachos en dónde se encontraba la casa del pescador Urashima, puesto que éste era también el nombre de su padre. Los muchachos no supieron responderle; no conocían a tal pescador. Entró en un comercio e hizo igual pregunta al dueño; pero le dijo lo mismo que los chicos: nunca había oído hablar de tal pescador y eso que creía conocer a todo el pueblo. En esto acertó a pasar por allí un hombre que debía de tener muchos años, a juzgar por su apariencia. Era conocido por saber mil historietas antiguas del pueblo y conocer las vidas de sus antiguos habitantes. Urashima se dirigió a él, por indicación del dueño de la tienda y le preguntó dónde estaba la casa del pescador Urashima. El viejo no contestó; se quedó un momento pensativo y al cabo de un rato dijo que casi lo había olvidado, porque habían pasado más de cien años desde que murió el matrimonio. Su único hijo, decían que un día salió a pescar y a partir de entonces nadie volvió a saber lo que le sucedió. Urashina empezó a comprender: mientras vivió en la ciudad del mar había perdido la noción del tiempo. Lo que le habían parecido sólo unos cuantos días habían sido más de cien años.


No supo qué hacer; se encontraba completamente solo en un pueblo que, aunque era el suyo, le era absolutamente extraño. Entonces se dirigió a la playa; puesto que había perdido a sus padres, volvería con la princesa Otohime. Pero ¿Cómo llegar a ella? En su precipitación por ver a sus padres, olvidó, cuando se despidieron, preguntarle de qué medio se valdría para volver a verla. De pronto, recordó la cajita que tenía entre sus manos; se olvidó de que no debía abrirla y pensó que, haciéndolo, quizá pudiera ir junto a Otohime.


Desató sus cordones y la destapó. Al instante salió de ella una nubecilla que se fue elevando, elevando, hasta perderse de vista. En vano Urashima intentó alcanzarla. Entonces recordó la recomendación de la princesa; su atolondramiento le había perdido. Ya no volvería a verla. De pronto sintió que sus fuerzas le abandonaban, sus cabellos encanecían, innumerables arrugas surcaron su piel; su corazón cesó de latir y al fin, cayó al suelo. Cuando a la mañana siguiente fueron los muchachos a bañarse, vieron tendido en la arena a un hombre decrépito, sin vida. Era Urashima que había muerto de viejo.


Todavía hoy algunos pescadores de ciertos pueblos del Japón cuentan a sus hijos, la leyenda del pescador Urashima, para que no sean distraídos.

27 julio, 2009

Las 36 vistas del Monte Fuji por Hokusai

Katsuhika Hokusai (1760-1849) fue un pintor y grabador japonés, nacido en Edo, actual Tokyo. Está considerado como el máximo exponente de la escuela de grabados Ukiyo-e o pinturas del mundo flotante. Era famoso por la energía y espontaneidad de su genio creador, cosa que con la edad se incrementó aún más. Entre sus obras más conocidas están el cuaderno de dibujos en 13 volúmenes “Hokusai manga” y la serie de grabados conocida como “Las 36 Vistas del Monte Fuji (富嶽三十六景, Fugaku Sanjūrokkei). Hokusai es sin lugar a dudas uno de los máximos exponentes de grabados de paisajes, que contienen algunas de las imágenes más famosas de la tradición artística japonesa.

En esta ocasión les traigo “Las 36 Vistas del Monte Fuji”. Disfruten de estas maravillosas obras de arte.

26 julio, 2009

¿Cuál es la montaña más alta de Japón?

Es el famoso Monte Fuji (富士山, Fujisan) con 3,776 metros de altura. De ninguna manera puede compararse con las montañas más altas del mundo como el Monte Everest (8,848 metros). Sin embargo, se ha vuelto en un emblema para Japón por la impactante belleza de su cono casi perfecto y su extraordinaria falda.

El Monte Fuji está ubicado entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi en el centro de Japón, al lado oeste de Tokyo. El monte Fuji puede ser observado desde Tokyo y Saitama en días despejados.

En la cima de este volcán inactivo existe un cráter de 800 metros de longitud y 200 metros de profundidad. Desde la antigüedad, el Monte Fuji ha sido objeto de adoración como una montaña sagrada y su perfección ha sido celebrada en versos tradicionales como los haiku y los tanka.

Los cinco lagos que se encuentran a los pies de la montaña son muy populares y son famosos puntos turísticos durante las cuatro estaciones del año.